Osteoporosis: Una enfermedad silenciosa que afecta la salud ósea

Osteoporosis: Una enfermedad silenciosa que afecta la salud ósea

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que lleva a un aumento de la fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, ya que puede no producir síntomas hasta que se produce una fractura. La prevalencia de la osteoporosis aumenta con la edad y afecta a más mujeres que hombres. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas.

La osteoporosis es un problema de salud pública importante, ya que las fracturas osteoporóticas están asociadas con una significativa morbilidad y mortalidad. Las fracturas de cadera, por ejemplo, son particularmente graves, ya que pueden conducir a una discapacidad permanente, pérdida de independencia y aumento de la mortalidad. La osteoporosis es una enfermedad prevenible y tratable, por lo que es importante identificar a los pacientes de riesgo y proporcionarles el tratamiento adecuado.

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que lleva a un aumento de la fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, ya que puede no producir síntomas hasta que se produce una fractura. La prevalencia de la osteoporosis aumenta con la edad y afecta a más mujeres que hombres. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas.

La osteoporosis es un problema de salud pública importante, ya que las fracturas osteoporóticas están asociadas con una significativa morbilidad y mortalidad. Las fracturas de cadera, por ejemplo, son particularmente graves, ya que pueden conducir a una discapacidad permanente, pérdida de independencia y aumento de la mortalidad. La osteoporosis es una enfermedad prevenible y tratable, por lo que es importante identificar a los pacientes de riesgo y proporcionarles el tratamiento adecuado.

La osteoporosis es una enfermedad multifactorial, lo que significa que varios factores pueden contribuir a su desarrollo. Algunos factores de riesgo son modificables, mientras que otros no lo son. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad, el sexo, la genética y la raza. Las mujeres posmenopáusicas tienen un mayor riesgo de osteoporosis debido a la disminución de los niveles de estrógeno. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Los factores de riesgo modificables incluyen la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que lleva a un aumento de la fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, ya que puede no producir síntomas hasta que se produce una fractura. La prevalencia de la osteoporosis aumenta con la edad y afecta a más mujeres que hombres. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas.

La osteoporosis es un problema de salud pública importante, ya que las fracturas osteoporóticas están asociadas con una significativa morbilidad y mortalidad. Las fracturas de cadera, por ejemplo, son particularmente graves, ya que pueden conducir a una discapacidad permanente, pérdida de independencia y aumento de la mortalidad. La osteoporosis es una enfermedad prevenible y tratable, por lo que es importante identificar a los pacientes de riesgo y proporcionarles el tratamiento adecuado.

La osteoporosis es una enfermedad multifactorial, lo que significa que varios factores pueden contribuir a su desarrollo. Algunos factores de riesgo son modificables, mientras que otros no lo son. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad, el sexo, la genética y la raza. Las mujeres posmenopáusicas tienen un mayor riesgo de osteoporosis debido a la disminución de los niveles de estrógeno. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Los factores de riesgo modificables incluyen la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.

Factores de Riesgo No Modificables

Estos factores son aquellos que no se pueden cambiar, como la edad, el sexo, la genética y la raza. La edad es un factor de riesgo importante para la osteoporosis, ya que la densidad ósea disminuye naturalmente con la edad. Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis que los hombres debido a la disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que lleva a un aumento de la fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, ya que puede no producir síntomas hasta que se produce una fractura. La prevalencia de la osteoporosis aumenta con la edad y afecta a más mujeres que hombres. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas.

La osteoporosis es un problema de salud pública importante, ya que las fracturas osteoporóticas están asociadas con una significativa morbilidad y mortalidad. Las fracturas de cadera, por ejemplo, son particularmente graves, ya que pueden conducir a una discapacidad permanente, pérdida de independencia y aumento de la mortalidad. La osteoporosis es una enfermedad prevenible y tratable, por lo que es importante identificar a los pacientes de riesgo y proporcionarles el tratamiento adecuado.

La osteoporosis es una enfermedad multifactorial, lo que significa que varios factores pueden contribuir a su desarrollo; Algunos factores de riesgo son modificables, mientras que otros no lo son. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad, el sexo, la genética y la raza. Las mujeres posmenopáusicas tienen un mayor riesgo de osteoporosis debido a la disminución de los niveles de estrógeno. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Los factores de riesgo modificables incluyen la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.

Factores de Riesgo No Modificables

Estos factores son aquellos que no se pueden cambiar, como la edad, el sexo, la genética y la raza. La edad es un factor de riesgo importante para la osteoporosis, ya que la densidad ósea disminuye naturalmente con la edad. Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis que los hombres debido a la disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Factores de Riesgo Modificables

Estos factores son aquellos que se pueden cambiar, como la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis. Otros factores de riesgo modificables incluyen el uso de ciertos medicamentos, como los corticosteroides, y algunas condiciones médicas, como la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal.

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que lleva a un aumento de la fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, ya que puede no producir síntomas hasta que se produce una fractura. La prevalencia de la osteoporosis aumenta con la edad y afecta a más mujeres que hombres. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas.

La osteoporosis es un problema de salud pública importante, ya que las fracturas osteoporóticas están asociadas con una significativa morbilidad y mortalidad. Las fracturas de cadera, por ejemplo, son particularmente graves, ya que pueden conducir a una discapacidad permanente, pérdida de independencia y aumento de la mortalidad. La osteoporosis es una enfermedad prevenible y tratable, por lo que es importante identificar a los pacientes de riesgo y proporcionarles el tratamiento adecuado.

La osteoporosis es una enfermedad multifactorial, lo que significa que varios factores pueden contribuir a su desarrollo. Algunos factores de riesgo son modificables, mientras que otros no lo son. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad, el sexo, la genética y la raza. Las mujeres posmenopáusicas tienen un mayor riesgo de osteoporosis debido a la disminución de los niveles de estrógeno. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Los factores de riesgo modificables incluyen la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.

Factores de Riesgo No Modificables

Estos factores son aquellos que no se pueden cambiar, como la edad, el sexo, la genética y la raza. La edad es un factor de riesgo importante para la osteoporosis, ya que la densidad ósea disminuye naturalmente con la edad. Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis que los hombres debido a la disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Factores de Riesgo Modificables

Estos factores son aquellos que se pueden cambiar, como la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis. Otros factores de riesgo modificables incluyen el uso de ciertos medicamentos, como los corticosteroides, y algunas condiciones médicas, como la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal.

El diagnóstico de la osteoporosis se basa en una combinación de factores, incluyendo la historia clínica del paciente, un examen físico y pruebas de densidad ósea. La historia clínica debe incluir información sobre los factores de riesgo del paciente, como la edad, el sexo, la genética, la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. El examen físico puede revelar signos de osteoporosis, como una postura encorvada, una disminución de la altura o una fractura por compresión vertebral. Las pruebas de densidad ósea, como la densitometría ósea (DEXA), se utilizan para medir la densidad mineral ósea y evaluar el riesgo de fracturas.

Tratamiento de la Osteoporosis

Introducción

La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por una disminución de la densidad mineral ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo, principalmente a mujeres posmenopáusicas, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Las fracturas osteoporóticas, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca, pueden causar dolor, discapacidad, pérdida de movilidad y, en algunos casos, incluso la muerte.

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo prevenir fracturas, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto se logra mediante una combinación de estrategias que incluyen modificaciones en el estilo de vida, terapia farmacológica y prevención de caídas. El enfoque individualizado del tratamiento depende de varios factores, como la densidad ósea del paciente, el riesgo de fractura, la presencia de otros problemas de salud y la tolerancia a los medicamentos.

Definición y Epidemiología de la Osteoporosis

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura ósea, lo que lleva a un aumento de la fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas. La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, ya que puede no producir síntomas hasta que se produce una fractura. La prevalencia de la osteoporosis aumenta con la edad y afecta a más mujeres que hombres. Se estima que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 8 hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de sus vidas.

La osteoporosis es un problema de salud pública importante, ya que las fracturas osteoporóticas están asociadas con una significativa morbilidad y mortalidad. Las fracturas de cadera, por ejemplo, son particularmente graves, ya que pueden conducir a una discapacidad permanente, pérdida de independencia y aumento de la mortalidad. La osteoporosis es una enfermedad prevenible y tratable, por lo que es importante identificar a los pacientes de riesgo y proporcionarles el tratamiento adecuado.

Factores de Riesgo para la Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad multifactorial, lo que significa que varios factores pueden contribuir a su desarrollo. Algunos factores de riesgo son modificables, mientras que otros no lo son. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad, el sexo, la genética y la raza. Las mujeres posmenopáusicas tienen un mayor riesgo de osteoporosis debido a la disminución de los niveles de estrógeno. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Los factores de riesgo modificables incluyen la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.

Factores de Riesgo No Modificables

Estos factores son aquellos que no se pueden cambiar, como la edad, el sexo, la genética y la raza. La edad es un factor de riesgo importante para la osteoporosis, ya que la densidad ósea disminuye naturalmente con la edad. Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis que los hombres debido a la disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia. La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar osteoporosis. La raza también puede ser un factor de riesgo, ya que las personas de raza blanca y asiática tienen un mayor riesgo de osteoporosis que las personas de raza negra.

Factores de Riesgo Modificables

Estos factores son aquellos que se pueden cambiar, como la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. Una dieta baja en calcio y vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis. La falta de ejercicio también puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, ya que el ejercicio ayuda a fortalecer los huesos. El consumo de tabaco y el consumo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis. Otros factores de riesgo modificables incluyen el uso de ciertos medicamentos, como los corticosteroides, y algunas condiciones médicas, como la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal.

Diagnóstico de la Osteoporosis

El diagnóstico de la osteoporosis se basa en una combinación de factores, incluyendo la historia clínica del paciente, un examen físico y pruebas de densidad ósea. La historia clínica debe incluir información sobre los factores de riesgo del paciente, como la edad, el sexo, la genética, la dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. El examen físico puede revelar signos de osteoporosis, como una postura encorvada, una disminución de la altura o una fractura por compresión vertebral. Las pruebas de densidad ósea, como la densitometría ósea (DEXA), se utilizan para medir la densidad mineral ósea y evaluar el riesgo de fracturas.

Densitometría Ósea (DEXA)

La densitometría ósea (DEXA) es el método más preciso y ampliamente utilizado para medir la densidad mineral ósea (BMD). La DEXA utiliza rayos X de baja dosis para medir la densidad mineral ósea de la columna vertebral, la cadera y la muñeca. La DEXA es una prueba rápida, indolora y no invasiva. Los resultados de la DEXA se expresan como puntuaciones T y puntuaciones Z. La puntuación T compara la densidad mineral ósea del paciente con la de una persona joven y sana del mismo sexo. La puntuación Z compara la densidad mineral ósea del paciente con la de personas del mismo sexo y edad. Una puntuación T de -2,5 o menos se considera osteoporosis, mientras que una puntuación T entre -1,0 y -2,5 se considera osteopenia, que es una disminución de la densidad mineral ósea que aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis.

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