Artritis séptica⁚ causas, síntomas y tratamiento
La artritis séptica, también conocida como artritis infecciosa, es una infección grave que afecta a las articulaciones.
Introducción
La artritis séptica es una condición médica grave que ocurre cuando una infección bacteriana llega a una articulación, causando inflamación, dolor y daño al tejido articular. Es una condición que requiere atención médica inmediata, ya que puede provocar daño articular permanente y complicaciones graves si no se trata. La artritis séptica puede afectar a cualquier articulación, pero es más común en las articulaciones de las manos, las rodillas, los hombros y los tobillos. La infección puede propagarse a la articulación a través de la sangre, a través de una herida en la piel o a través de una cirugía reciente.
Definición y tipos de artritis séptica
La artritis séptica es una inflamación de una articulación causada por una infección bacteriana. La infección puede propagarse a la articulación a través de la sangre, a través de una herida en la piel o a través de una cirugía reciente. La artritis séptica puede clasificarse en dos tipos⁚ artritis séptica aguda, que se desarrolla rápidamente y causa síntomas graves, y artritis séptica crónica, que se desarrolla lentamente y puede causar síntomas menos graves. La artritis séptica aguda es más común en niños pequeños y adultos mayores, mientras que la artritis séptica crónica es más común en adultos jóvenes.
Causas de la artritis séptica
La artritis séptica es causada por una infección bacteriana en una articulación. Las bacterias pueden entrar en la articulación a través de la sangre, a través de una herida en la piel o a través de una cirugía reciente. Las personas con un sistema inmunitario debilitado, como las personas con diabetes, enfermedades autoinmunes o VIH, tienen un mayor riesgo de desarrollar artritis séptica. Las bacterias más comunes que causan artritis séptica incluyen Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes y Escherichia coli.
Infección bacteriana
La causa más común de artritis séptica es una infección bacteriana. Las bacterias pueden entrar en la articulación a través de la sangre, a través de una herida en la piel o a través de una cirugía reciente. Las personas con un sistema inmunitario debilitado, como las personas con diabetes, enfermedades autoinmunes o VIH, tienen un mayor riesgo de desarrollar artritis séptica. Las bacterias más comunes que causan artritis séptica incluyen Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes y Escherichia coli.
Otras causas
Aunque las infecciones bacterianas son la causa más común de artritis séptica, otras infecciones, como las causadas por hongos o virus, también pueden provocar esta afección. En algunos casos, la artritis séptica puede ser causada por una infección que se ha propagado desde otra parte del cuerpo, como una infección de la piel o una infección en los pulmones. La artritis séptica también puede ocurrir después de una cirugía de reemplazo articular, especialmente si la herida no se cura adecuadamente.
Síntomas de la artritis séptica
Los síntomas de la artritis séptica suelen aparecer de forma repentina y pueden ser intensos. El síntoma más común es el dolor intenso en la articulación afectada. La articulación también puede estar inflamada, roja, caliente al tacto y sensible a la presión. Otros síntomas pueden incluir fiebre, escalofríos, debilidad general, pérdida de apetito y náuseas. En algunos casos, la articulación puede estar rígida y difícil de mover.
Dolor e inflamación
El dolor es un síntoma cardinal de la artritis séptica, que a menudo es intenso y se describe como un dolor punzante o constante. La inflamación, caracterizada por hinchazón, enrojecimiento y calor en la articulación afectada, es otro signo común. La inflamación se debe a la acumulación de líquido sinovial infectado en la articulación, lo que provoca una presión y un dolor intensos.
Enrojecimiento y calor
La piel que recubre la articulación afectada a menudo se enrojece y se siente caliente al tacto. Este enrojecimiento y calor son causados por la inflamación y el aumento del flujo sanguíneo al área. La piel también puede estar tensa y brillante, y puede haber una sensación de dolor al tocar la articulación afectada.
Fiebre
La fiebre es un síntoma común de la artritis séptica, ya que el cuerpo está luchando contra la infección. La temperatura corporal puede elevarse por encima de los 38°C (100.4°F). La fiebre puede ser alta y persistente, o puede ser más leve y fluctuante. Si experimenta fiebre junto con otros síntomas de artritis séptica, busque atención médica inmediata.
Limitación de la movilidad
La inflamación y el dolor en la articulación afectada pueden causar una disminución significativa de la movilidad. Puede ser difícil o imposible mover la articulación, incluso con la ayuda de otros. Esta limitación de la movilidad puede afectar las actividades diarias, como caminar, vestirse o usar las manos. Si experimenta una limitación de la movilidad en una articulación junto con otros síntomas de artritis séptica, es importante buscar atención médica de inmediato.
Diagnóstico de la artritis séptica
El diagnóstico de la artritis séptica implica una combinación de evaluación clínica, análisis de laboratorio e imágenes. Un examen físico completo, incluyendo la evaluación de la articulación afectada, es esencial para determinar la presencia de inflamación, dolor y limitación de la movilidad. Se realizarán análisis de sangre para identificar signos de inflamación e infección, y se analizará el líquido sinovial de la articulación afectada para detectar la presencia de bacterias. Las imágenes, como las radiografías, la resonancia magnética o la tomografía computarizada, pueden ayudar a evaluar el daño articular y descartar otras afecciones.
Examen físico
Un examen físico exhaustivo es fundamental para evaluar la articulación afectada y determinar la presencia de signos de inflamación. El médico examinará la articulación en busca de enrojecimiento, calor, hinchazón y sensibilidad al tacto. También evaluará el rango de movimiento de la articulación y la presencia de dolor al moverla. La evaluación del estado general del paciente, incluyendo la temperatura corporal y la presencia de otros síntomas como fiebre, puede proporcionar información adicional sobre la gravedad de la infección.
Análisis de sangre
Los análisis de sangre se utilizan para detectar signos de inflamación y infección. Los análisis de sangre comunes incluyen el recuento sanguíneo completo (CBC) y la velocidad de sedimentación globular (VSG). Un CBC puede revelar un aumento en el número de glóbulos blancos, lo que sugiere una infección. La VSG mide la velocidad a la que los glóbulos rojos se depositan en el fondo de un tubo de ensayo, y un valor elevado puede indicar inflamación. También se pueden realizar análisis de sangre para detectar la presencia de anticuerpos contra bacterias específicas, lo que puede ayudar a identificar la causa de la infección.
Análisis de líquido sinovial
El análisis del líquido sinovial, el fluido que lubrica las articulaciones, es crucial para diagnosticar la artritis séptica. Se extrae una muestra del líquido de la articulación afectada mediante una aguja y se envía al laboratorio para su análisis. Se examinan las características del líquido, como su color, viscosidad y recuento de células. También se buscan bacterias mediante cultivo y tinción de Gram. La presencia de bacterias en el líquido sinovial confirma el diagnóstico de artritis séptica.
Imágenes
Las imágenes médicas pueden ayudar a confirmar el diagnóstico de artritis séptica y evaluar la gravedad de la infección. Las radiografías pueden revelar cambios en el hueso, como erosión o destrucción ósea. Las ecografías pueden mostrar inflamación y acumulación de líquido en la articulación. La resonancia magnética (RM) proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos y puede detectar inflamación y daño en los cartílagos. Estas imágenes ayudan a guiar el tratamiento y a evaluar la respuesta al mismo.
Tratamiento de la artritis séptica
El tratamiento de la artritis séptica tiene como objetivo erradicar la infección, aliviar el dolor y la inflamación, y preservar la función articular. El tratamiento principal es la administración de antibióticos intravenosos de amplio espectro, que se ajustan según la sensibilidad del microorganismo causante. En algunos casos, puede ser necesario realizar un drenaje de la articulación para eliminar el pus y las bacterias. Si la infección es grave o no responde al tratamiento médico, puede ser necesaria una cirugía para limpiar la articulación, eliminar los tejidos infectados y estabilizar la articulación.
Antibióticos
La administración de antibióticos es crucial para el tratamiento de la artritis séptica. Se utilizan antibióticos de amplio espectro intravenosos, como la vancomicina, la ceftazidima o la ceftriaxona, para cubrir una amplia gama de bacterias. La elección del antibiótico se basa en la sensibilidad del microorganismo causante, la gravedad de la infección y el estado general del paciente. El tratamiento antibiótico se prolonga durante varias semanas, incluso después de que los síntomas hayan desaparecido, para asegurar la erradicación completa de la infección.
Drenaje
El drenaje del líquido sinovial infectado de la articulación es un paso fundamental en el tratamiento de la artritis séptica. Este procedimiento, que puede realizarse mediante una aguja o una incisión quirúrgica, permite la eliminación del pus y la reducción de la presión dentro de la articulación. El líquido drenado se envía al laboratorio para el cultivo y la identificación del microorganismo causante. El drenaje facilita la penetración de los antibióticos en la articulación y contribuye a la resolución de la infección.
Cirugía
En casos graves de artritis séptica, la cirugía puede ser necesaria para controlar la infección y preservar la función articular. La cirugía puede implicar el lavado y el desbridamiento de la articulación, la eliminación del tejido infectado y la colocación de un drenaje para permitir la salida del pus. En algunos casos, puede ser necesario realizar una artrodesis, que consiste en la fusión de los huesos de la articulación para inmovilizarla. En casos de daño articular severo, se puede considerar una artroplastia, que es la sustitución de la articulación por una prótesis.
Complicaciones de la artritis séptica
La artritis séptica puede provocar complicaciones graves si no se trata adecuadamente. Entre las complicaciones más comunes se encuentran el daño articular, las infecciones secundarias, la osteomielitis (infección del hueso) y la pérdida de movilidad. El daño articular puede causar dolor crónico, rigidez y deformidad. Las infecciones secundarias pueden afectar a otros órganos, como los pulmones, el corazón o el cerebro. La osteomielitis es una infección del hueso que puede ser difícil de tratar y causar dolor y discapacidad a largo plazo. La pérdida de movilidad puede afectar la capacidad de la persona para realizar las actividades diarias, lo que puede llevar a la discapacidad.
Daño articular
La artritis séptica puede causar daño significativo a la articulación afectada. La inflamación y la infección pueden destruir el cartílago, el tejido que recubre los extremos de los huesos en una articulación. También pueden dañar el hueso y la membrana sinovial, que es el tejido que recubre la articulación. El daño articular puede conducir a dolor crónico, rigidez, deformidad y pérdida de movilidad. En casos graves, la artritis séptica puede causar la destrucción completa de la articulación, lo que puede requerir una cirugía de reemplazo articular.
Infecciones secundarias
La artritis séptica puede aumentar el riesgo de infecciones secundarias. La infección puede propagarse a otras partes del cuerpo, como los huesos, los tejidos blandos y el torrente sanguíneo. Las infecciones secundarias pueden ser graves y potencialmente mortales. Las infecciones secundarias comunes incluyen la osteomielitis, una infección del hueso, y la septicemia, una infección generalizada del torrente sanguíneo. Si no se tratan, las infecciones secundarias pueden causar daños graves y complicaciones a largo plazo.
Osteomielitis
La osteomielitis es una infección del hueso que puede ocurrir como una complicación de la artritis séptica. La infección puede propagarse desde la articulación al hueso adyacente. Los síntomas de la osteomielitis incluyen dolor, inflamación, enrojecimiento y calor en el área afectada. La osteomielitis puede ser difícil de tratar y puede requerir cirugía para eliminar el tejido infectado. Si no se trata, la osteomielitis puede causar daños graves en el hueso y puede conducir a la pérdida de la función articular.
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